¡Buenas noches!
Aquí viene el último post de todos. Se me hará raro no tener nada pendiente para escribiros.
El útlimo día de nuestra luna de miel empezó haciendo las maletas y dejando el piso de Orlando. Como nuestro avión salía a las 9 de la noche, cargamos todo nuestro equipaje en el coche. ¡Gracias a Paco, marta y a Lorena por el alquiler!
Con el calor que hace en Orlando ya va bien meterse en bosques tropicales y estar a la sombrita.
Este parque era como un zoo enorme y muy educativo, con personas que te iban explicando cosas sobre los animales, o carteles explicativos para que los leyeras tu mismo. Así da gusto aprender.
Ojo con el sapo, más grande que mi mano, y estos murciélagos, de la especie más grande del mundo.
Los gorilas tenían un poco de calor y se habían echado una siestecilla.
Lo bonito del parque es que las jaulas no parecen jaulas, sino trocitos de paisaje, y son muy grandes, lo que da la sensación de que los animales están en libertad.
Una de las atracciones que más nos gustó fue una especie de safari en estas furgonetas. Durante el recorrido vimos rinocerontes, hipopótamos, jirafas y elefantes, ¡todo tan cerquita...!. Seguro que tienen unos sistemas de seguridad excelentes, pero daba la sensación de que pudieras bajar del coche y tocar a las jirafas.
De África, pasamos a Asia, y fuimos al Himalaia, donde nos subimos en esta montaña rusa en la que a parte de esta bajada, había un trozo en el que te paraban en seco, todo a oscuras, y de repente ibas hacia atrás....¡qué susto! Yo, con mi optimismo, creí que había habido un fallo y que nos chocábamos con el tren de atrás.
Luego vino América, con sus dinosaurios, y un parque de atracciones muy mono. En la atracción de la foto de abajo al final de todo el recorrido salía un Tiranosaurus-Rex enormísimo y te daba un buen susto. Así se nos quedaron las caras a todos...
Y para acabar fuimos a la animación 3D de Bichos, que se hacía en un teatro que estaba dentro de este árbol tan precioso. Observad qué figuras tan chulas habían hecho en el tronco.
Cuando ya salíamos del parque, nos pilló el desfile de los personajes Disney, todos vestidos de aventureros, con sus gorros y sus zapatos de excursión.
Y ya volvemos a estar por aquí, adaptándonos a la rutina. Sólo nos queda deciros que esperamos que, envidias a parte, os lo hayáis pasado un poquito bien leyendo nuestras aventuras. A nosotros, leer vuestros comentarios cada mañana nos ha hecho mucha ilusión.
Os esperamos en el próximo viaje.
Un abrazo.